Que son los ORBS
Orbes: ¿Puentes entre la Ciencia y la Consciencia?
La visión tradicional de los Orbes suele estar polarizada: por un lado, la ciencia los explica como simples efectos ópticos como partículas de polvo, humedad o reflejos de luz en las lentes de las cámaras; por otro, la espiritualidad los ve como seres de luz o manifestaciones divinas.
Sin embargo, ¿qué pasaría si estas dos visiones no fueran mutuamente excluyentes, sino dos caras de la misma moneda?
Imagina que los Orbes no son ni una cosa ni la otra, sino un punto de intersección. La ciencia nos enseña que el mundo está compuesto de materia, energía y partículas subatómicas. La espiritualidad nos recuerda que todo en el universo es consciencia y que el pensamiento crea la realidad.
Desde esta perspectiva, los Orbes podrían ser manifestaciones cuánticas; no como entidades o almas, sino como la forma en que la consciencia colectiva o individual se entrelaza con la realidad física. La energía de un pensamiento, emoción o intención podría alterar las partículas a nivel subatómico, haciendo que se manifiesten brevemente en el plano físico. Las cámaras, en lugar de ser meros capturadores de la luz, se convertirían en instrumentos que registran la interacción entre la consciencia y la materia.
La Consciencia como creadora de realidad
El concepto de que la consciencia puede influir en la materia no es nuevo, y la física cuántica lo explora a través de fenómenos como el efecto observador. En este experimento, la mera observación de una partícula puede alterar su comportamiento. Si nuestra atención puede influir en el comportamiento de un electrón, ¿qué pasaría si la intención de un grupo de personas, meditando en armonía, se proyectara en el aire?
Los Orbes, bajo esta nueva luz, podrían ser ondas de consciencia materializadas. No se trata de que una partícula de polvo sea un «ángel», sino que la energía del amor, la sanación o la gratitud proyectada por la intención de una persona o un grupo se adhiere a las partículas en el aire, alterando su vibración y haciéndolas visibles a través de una lente.
- En lugares sagrados, la alta vibración no es causada por una fuerza externa, sino por la acumulación de la intención y la devoción de miles de personas a lo largo de la historia. Esta energía impregnada en el espacio es lo que permite que las manifestaciones de consciencia (los Orbes) aparezcan.
- En momentos de sanación o meditación, la intensa concentración de una intención amorosa podría crear las condiciones perfectas para que la energía se haga visible, manifestándose como un Orbe que la cámara capta como un simple reflejo de luz.
Este enfoque trasciende la dualidad de «creer o no creer».
En lugar de debatir si los Orbes son polvo o espíritus, nos invita a explorar un nuevo paradigma, la interconexión intrínseca entre la mente, la materia y la tecnología.
Los Orbes, entonces, no serían un mensaje de seres externos, sino un reflejo de nuestro propio poder interior. Son una confirmación visual de que nuestra consciencia no es algo abstracto, sino una fuerza activa y tangible que da forma a la realidad en la que vivimos. Este enfoque podría ser el puente que la espiritualidad necesita para trascender las creencias místicas y arraigarse en un entendimiento más profundo de la física del universo.
De esta manera, la espiritualidad no sería una fe ciega, sino una ciencia de la consciencia.
En Unidad y Amor Ascensional.